El jardín de invierno del que hablamos, no es otra cosa que el jardín que tiene una estructura sólida en invierno, a pesar de tener una faceta más floral y vistosa en verano. Un buen diseño debe contemplar la evolución del jardín durante todas sus etapas, en especial, en cómo se viven los cambios de estación y cómo éstos afectan a la percepción y a la comodidad de su uso.
Si bien es cierto que en primavera y en verano, las temperaturas cálidas invitan a sacarle más provecho a los espacios exteriores, hay una serie de factores que también pueden hacer de tu jardín un lugar que disfrutar todo el año.
A pesar de que hay una creencia extendida de que, para que un jardín sea bonito en invierno, debe ser perenne, lo cierto es que, si el jardín está bien estructurado y pensado, no tendrás que prescindir de la belleza que aporta el verde, y también podrás disfrutar de los cambios de estaciones con el tiempo.
El uso de árboles caducos aporta un color cálido al otoño y, al caer sus hojas, permite la entrada de luz para que tus espacios exteriores sean más confortables durante la época invernal. Al complementar la composición con otra vegetación perenne, en parterres y macetas, y dotandolas de protagonismo a través de una iluminación especial y una forma cuidada, podrás disfrutar de unas vistas acogedoras incluso en los días más fríos.
Por otro lado, el uso de un buen mobiliario, de calidad y diseñado especialmente para exterior, no requerirá de fundas ni cuidados extras en la época de lluvia, y siempre tendrá buen aspecto para sentarte a disfrutar de tu jardín en cualquier estación.
Una opción atemporal y muy práctica, además de bonita, es la instalación de pérgolas, que podrán estar calefactadas en invierno y refrigeradas en verano, aportando protección en todas las épocas del año.
En nuestra opinión, un jardín debe ser funcional y cómodo a lo largo de todas las estaciones. Todos los espacios, tanto terrazas como grandes jardines, tienen un gran potencial para ser el lugar ideal en el que encontrarse y pasar un rato, disfrutando de la brisa del invierno, o del calor del sol.
